Son pocos los pueblos de la costa Asturiana que se presentan tan pintorescos, en las que con tanta intensidad y realismo, sus calles y sus gentes dejan tanta huella a su paso.
Sus casas hacen eco de sus costumbres, de su forma de vida, de la dureza y pasión hacia el mar .. y es su dialecto, el pixueto, su lengua en la que tan poderosamente se ha materializado su vida y ese sentir por el mar; un pueblo en la que la familia , la vida y el mar se funden en un único camino..
Son los colores de sus casas espejo y reflejo de sus gentes, costumbres y en definitiva de esa vida tan intensa , tan bella y a veces tan poco justa que vive un pueblo marinero.
Lo que queda de una antigua cetárea.
Localización: Cudillero
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